AGROCIDIO: Un pediatra se animó a certificar las afecciones...

06.04.2014 15:05


Fumigados: una familia de Nogoyá contó los graves problemas de salud que enfrentan por vivir cerca de un campo sembrado con soja

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La vivienda y el predio cultivado están dentro del ejido urbano.

La familia Brasesco de Nogoyá denunció cómo los afectan las fumigaciones en un campo sembrado con soja que está cerca de la vivienda. Están preocupados por la salud de uno de sus hijos, un pequeño de 7 años que se descompone, tiene fuertes dolores de cabeza y problemas respiratorios cada vez que pulverizan con agrotóxicos. Las afecciones del nene fueron legitimadas por un pediatra del hospital local, quien se animó a constatarlo en un certificado médico: “Se deja constancia que el paciente vive a menos de 150 metros de campo cultivado. Luego de cada fumigación presenta problemas respiratorios y digestivos”. El caso fue confirmado a ANALISIS DIGITAL por el Grupo Ambiental Nogoyasero, quienes lo dieron a conocer luego de recolectar testimonios de vecinos de la zona.De ANALISIS DIGITAL

“El chiquito mío se descompone, tiene mucho dolor de cabeza y náuseas cada vez que fumigan en el campo de al lado”, confió la mamá del nene. Según el relato que registró uno de los militantes ambientales, al que tuvo acceso este medio, la señora Brasesco pidió asistencia médica hace unos 15 días atrás cuando su pequeño presentó, una vez más, los mismos síntomas: nauseas, vómitos, dolor de cabeza y problemas para respirar. “Lo llevé al hospital y la médica que lo atendió quería internarlo y ponerle suero. Al final, lo trajimos a casa para observarlo y volvimos al otro día. Lo atendió su pediatra de cabecera. Con él nos dimos cuenta que el nene siempre tenía los mismos síntomas, y que eso sucedía cada vez que fumigaban. El doctor me dijo que eso era por el veneno y me hizo el certificado”, relató la mujer. 

Recordó también que en un episodio anterior, una mañana, antes de las 6, se despertó por el fuerte olor. “Me levanté y vi que ya estaba tirando el veneno. Saqué a los nenes de la casa”, dijo. Acotó que en alguna oportunidad fueron a hablar con los obreros del campo lindero. “Les dije lo que sentía y me respondieron que lo que aplicaban era como el insecticida que tengo en mi casa, como lavandina. Pero no es así. Ellos me trataron mal, me insultaron”, expresó. “Yo sé que entreveran tres químicos en un tacho grande. Yo los veía cuando hacían eso. Entreveran tres químicos, tres venenos”, subrayó.

La mujer sostuvo que sus hijos no son los únicos afectados por los agrotóxicos, sino que los problemas de salud se repiten en los vecinos de la zona. Además, refirió a las complicaciones que sufrió en uno de sus embarazos: “Cuando estaba embarazada del nene que ahora tiene mayores problemas, esperaba mellizos, pero uno no se formó bien y lo perdí”. 

“Un día vino el dueño del campo a traernos mercadería y nosotros no entendíamos por qué. Yo le dije que no necesitaba eso, le contesté que no me podía comprar, que lo que necesitaba era que dejen de fumigar”, recordó. “Me van a envenenar la familia. 
Hace cerca de 10 años que nos están fumigando. Nos están perjudicando”. 

“Dentro del ejido”

El Grupo Ambiental Nogoyasero llegó hasta la casa en cuestión, alertado por una docente. “Ellos están ubicados a unos 400 ó 500 metros del arroyo Chañar, pero tanto sus viviendas como el campo sembrado están dentro del ejido”, indicó Felipe Díaz a este medio y agregó: “La última fumigación fue hace unos 15 días. Para realizar esa aplicación de agrotóxicos se pidió autorización al municipio, lo constatamos con el jefe de Inspección municipal (Rubén Gobatto). Sin embargo, esa fue la primera vez que se hizo el trámite. Hay que aclarar también que Gobatto hace muy poco asumió como jefe de Inspección”. 

La Ordenanza número 672 de 2004, en su artículo sexto, prohíbe dentro del radio urbano municipal “la circulación, establecimiento o depósito de todo aparato fijo o móvil que se utilice para la aplicación de productos contaminantes”. Asimismo, establece que las aplicaciones están prohibidas dentro del ejido urbano y que cada vez que se realice una fumigación, deberá avisarse con al menos 48 horas de anticipación a las autoridades correspondientes. Se dispone que los vehículos destinados a este fin deben estar debidamente señalizados, y que siempre debe estar presente un asesor técnico. 

(Foto: Grupo Ambiental Nogoyasero)
FUENTE:www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=201133

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