DESPROTEGIDOS...

02.07.2012 23:24

 

Los efectos de la desprotección, desidia, abandono y el “ vaciamiento” territorial y de riquezas a que estamos sometidos. Los glaciares, ríos, venta de terrenos extensos, prácticamente, enajenación de gran parte del territorio a favor de las multinacionales, la deforestación indiscriminada, causantes del desequilibrio del ecosistema, la ruina de pueblos, fauna, flora, pérdidas de vidas humanas, carecen de valor para esta “ administración” que negocia sin vergüenza alguna con los bienes nacionales. Green Peace inició la campaña , hace tiempos, pidiendo que “ llamásemos a Cristina” por la Ley de Bosques. Lo hicimos , pero poco o nada se ha logrado. El gobierno dio muestras a través del tiempo que es insensible a todo lo que atañe a los bienes del pueblo, del territorio. No le tiembla el pulso a la hora de comerciar con las riquezas patrimoniales del suelo, no le importa. Personalmente, no creo en ningún político. Los principios de justicia, equidad, honestidad, verdad, sensibilidad, dignidad, rectitud, son desconocidos. Si existen y en “abundancia” la hipocresía, mentira, fraude, deshonestidad, engaños,, abuso, atropello, desconsideración y desconocimiento total de las necesidades, urgencias y carencias de los más desprotegidos . Lo único que “ saben” hacer, es recorrer los lugares, ser espectadores del sufrimiento, de las catástrofes, sacarse fotos para que recorran el mundo y dar una falsa imagen que a nadie engaña. Conviene, creen, hacerlo por “promociar” el tan mentado “modelo”. El juego de siempre. Se menciona” la pobreza estructural”. A quién le compete que no exista esa pobreza? Hablan “de la naturaleza” pero no mencionan la deforestación llevada a cabo, sin miramientos de los efectos que ella pueda causar. Suele decirse: contra la naturaleza no se puede ¿ Cómo no?, si todo lo que hacen es en contra  ella. 
Vergüenza ajena se siente, impotencia, bronca que va en aumento, indignación. Noble indignación por supuesto, desconocido sentimiento para los “ poderosos” o los que pretenden serlo. No es la naturaleza, es el efecto de violarla, de desvalorizarla, queriendo cambiar el ritmo natural de evolución tomando posesión de lo que no pertenece a gobierno alguno. Los únicos dueños por designio y por derecho, son los pueblos, la fauna , la flora y todo el ecosistema que no necesita ser ordenado por decretos, solamente es obligación cumplir con el artículo 41 de la Constitución Nacional: Todos los habitantes gozan el derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica y a la información y educación ambientales. Corresponde a la Nación dictar normas que contengan los presupuestos mínimos de protección y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al Territorio Nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos y de los radioactivos.
Que se reglamente la Ley de Bosques, es un “pequeño paso adelante”. Hay que respetar y cumplir con lo que promueve dicha ley, que se pare la deforestación , se respete nuestro patrimonio natural, preservando la fauna, selvas, bosques. Es hora que se despierten y tomen conciencia que estamos en un camino de destrucción que no tendrá retorno. Todos colaboramos, que los que gobiernan cumplan alguna vez lo que prometen o firman y luego archivan para que, ocurridas las catástrofes no “se sorprendan y recién caigan en la cuenta de que existe la miseria, las familias que trabajan pero viven precariamente, faltándoles lo elemental, 
Que cuando pierden todo, carecen “de una caja” que solvente sus gastos esenciales para poder subsistir y que nosotros, pueblo, no necesitamos oír la narración de una realidad que conocemos muy de cerca y ya de memoria, la cual sigue siendo la misma de siempre con tendencia a empeorar. No es una “hazaña” reglamentar La Ley que aguardaba desde tanto tiempo, es cumplir nada más ni menos con lo que compete a un gobierno y si algún corazón “ se estremece” ahora, hace mucho tiempo que los nuestros sufren la impotencia de las injusticias y la soberbia. Si “ la sangre de alguien hierve ahora, recién” ,la nuestra hace mucho que está como la lava de un volcán: ígnea.
Marta María Ferranti.

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