.Apoyar la denuncia del Concejal Dr. Fernado MATTEO de la ciudad de Pinto (Santiago del Estero, muy cerca de mi pueblo) respecto a ciertas conductas agrocidas (lavar aspersores terrestres en corrientes de agua (ríos y canales), lagunas y pozos. me llevó a comunicar esta decisión (Web mediante) al Fiscal Federal General Dr. Antonio Gustavo GOMEZ.
Y el Dr. Gomez ¡¡¡me contestó al día siguiente!!!!!
Esto dijo:
Estimado Sr. Krieger:
Acabo de regresar de un viaje y me encuentro con sus mensajes. En verdad me sorprende que se haya dado este trámite a mi envío. Desde ya que comparto si indignación y trataré de hacer lo posible por averiguar que ha ocurrido. Ya imprimí su correo y en el día de hoy solicitaré informes al Sr. Fiscal Federal el Dr. Pedro Simon.
Sugiero se presente ante el fiscal provincial que lleva la causa con un escrito ofreciéndose como testigo y acompañando documentos sobre denuncias administrativas que se hayan hecho, fotografías, etc.
Sin perjuicio de ello, me permito trascribirle cuales son sus derechos de acuerdo a nuestro Código Procesal Penal de la Nación.
Saludos.
Antonio Gustavo Gomez.
Fiscal General.
Les comunico que haré lo que el Sr. Fiscal General Dr. Gomez me sugiere. Para eso, he contratado los servicios de un abogado que elaborará y presentará el escrito de referencia.
Pero eso no es lo que me preocupa.
Me preocupa que tengamos que probar una práctica prohibida que todo el mundo conoce, que se viene denunciado hace décadas en todos los andaribeles judiciales nacionales y provinciales, ejecutivos municipales y deliberantes del interior.
Me preocupa tener que combatir (desde el llano) una conducta agrocida que cuenta como aliado mercenario a la clandestinidad corporativa.
Me preocupa la imposición de aportar la foto de un mosquito (aspersor terrestre) tomada in fraganti cuando se produce el lavado o vertido, que luego no significará nada si ese aparato no tiene pintado (visible fotogénicamente) el Número de Registro Oficial correspondiente que individualice fehacientemente al responsable.
Me preocupa, y mucho, no solo que no tengan el número pintado, sino que la mayoría ni siquiera está inscripto en un Registro Oficial.
Me preocupa que ambas dos imposiciones mantengan su vigencia durante dos décadas y constituyan el cerco de impunidad que los protege y permite seguir haciendo lo mismo día a día.
Cualquiera de nosotros tiene media docena de nombres de los que envenenaron y envenenan nuestra agua pública, y muchos más de los que vieron lo que yo ví, pero no tengo una foto que pueda incorporar en un expediente.
Lo mismo ocurre con los aerofumigadores: A quién le sirve la foto de un avión suspendido en un cielo diáfano y azul, y que los número y letras de sus alas estén perfectamente visibles. Tenemos la foto del avión con su numero, pero carecemos de una referencia geográfica que indique donde estaba el avión en el momento que se sacó la foto.
Algo similar pasa con las fotos de los mosquitos, cuando el entorno es un montón de ramas, algún alambrado, tierras de labrantío, etc., pero no hay un edificio, un cartel o cualquier otra referencia física concreta que solo puede estar donde está, indicando en forma induvitable el lugar dende se tomó la foto.
Necesito ayuda de todos ustedes: santafesinos, cordobeses, chaqueños, bonaerenses; necesito aumentar mi probanza con la que tengan ustedes, toda vez que tanto los actores, sus prácticas y consecuencias, son idénticas.
Saben bien que lo que pido no es para mi, ni siquiera para el colectivo. Será para nuestros hijos y nietos ajenos a nuestra locura.