Arroyo Cabral. La presencia de plantas de acopio de granos dentro de las localidades suele generar
controversias por la polución, ruidos o circulación de camiones en áreas urbanas.
En Arroyo Cabral, pueblo de 3.500 habitantes cercano a Villa María, con dos cerealeras (una cooperativa
y una firma privada), las quejas de algunos vecinos surgen al encontrarse en ciertas ocasiones
con una “nevada roja” de cascarilla de maíz, que cubre y tiñe sus patios, calles y veredas.
“Es malo para nosotros porque lo aspiramos. Y hay temor por lo que se dice de riesgos para la salud.
Además, tenemos que limpiar todo nosotros”, comentó Olga Comba, una vecina, que reconoció
que no todos quieren hablar del tema.
De hecho, en las redes sociales se cruzan comentarios entre quienes se quejan por esta polución
y quienes piden “defender las fuentes de trabajo” en lugar de “sólo criticar”.
Desde una de las empresas acopiadoras, un vocero que pidió no ser nombrado dijo que
“es algo muy esporádico, que ocurre apenas algunos días, en algunos años”, y marcó que
el caso más reciente es “porque llegaron húmedas las semillas y se tuvieron que secar”.
Negó además la presencia de agroquímicos en ese polvo y aseguró que en las dos plantas
de acopio en los últimos años “se han tomado medidas y se ha reducido notablemente” la polución.
Sin voz municipal. Este diario intentó varias veces obtener la palabra de autoridades
municipales de Arroyo Cabral, sin resultado.